El partido comienza con un Oviedo bastante enchufado y con varias ocasiones de gol, en especial un tiro de Manu Busto y una falta que Curro envío bastante desviada. Esta es la tónica general de la temporada, que se crean algunas ocasiones pero que falta un goleador que las enchufe, aunque si no tenemos nadie que las ponga al área, la empresa será difícil.
Pero como no, este equipo tiene lagunas, no sé si mentales o de calidad para jugar, y en el primer fallo, general de todo el equipo desde el centro del campo, llega el primer gol del equipo local. Estos fallos son una realidad que se ve en todos los partidos, fin de semana sí, fin de semana también y son los que provocan que el equipo de la capital asturiana esté situado en la zona media y no pueda aspirar, por ahora, a puestos que dan el privilegio de luchar por el ascenso.
Y el problema no es que te metan un gol, sino que el conjunto oviedista no tiene una capacidad de reacción inmediata, ya que si después del primer varapalo el Real Oviedo encaja otros 3 goles antes de su primera aproximación al área local no hubiese pasado nada y el partido ya estaría sentenciado para la desgracia de la afición ovetense.
Además, una vez que el equipo reacciona tenemos el mismo problema de siempre, la pelota se dirige bien hacia la portería, se hacen muchas ocasiones pero la pelota no quiere entrar entre los tres palos, por lo que se perdona en exceso al rival, y como bien dicen en el fútbol, el que perdona lo acaba pagando.
Pero algo cambió con el entrenador, o al menos sabe que decir a los jugadores porque después del descanso el equipo mostró otra cara, empatando el partido en la primera jugada de ataque de la segunda parte. Este es un cambio de mentalidad, muy positivo, ya que lo normal es que en los comienzos de la segunda parte nos metieran el miedo en el cuerpo y el equipo se pusiese nervioso y no hubiese buen fútbol en toda la segunda parte por parte del Real Oviedo. Punto muy importante este para el futuro.
Como en los demás partidos el equipo volvió a mostrar dos caras en el partido, una caraja monumental en una parte y muy enchufado en la otra. En este caso se produjeron al revés de lo normal, la segunda parte mucho mejor que la primera, pero como se comenta anteriormente, sigue teniendo el problema de la falta de olfato goleador y el balón no quiere entrar.
Pero algo está cambiando en el equipo, puede que sea el entrenador que haya cambiado la mentalidad del equipo o que los jugadores se dan cuenta por fin de lo que es sentir los colores, pero el equipo lucha y lucha hasta el final. Si a esto añadimos que el entrenador acierta con los cambios, provoca que el equipo juegue bien. La entrada de Nacho Mendez, ese del que muchos dicen que no es un jugador que está capacitado para jugar en el Oviedo, y de Jandro le dio un nuevo impulso al equipo, siendo el primero objeto del penal que a la postre resultaría el segundo gol del Oviedo.
"Pero que poco dura la alegría en la casa del pobre", ya que ni dos minutos después el Cerro Reyes empata el partido. No sabemos defender las ventajas y no es la primera vez que esto nos ocurre esta temporada y está provocando que estamos perdiendo muchos puntos en los finales de los partidos y esto es preocupante.
Y si no es por el portero, posiblemente hubiésemos perdido el punto también, ya que sobre la bocina un gran Aulestia salvó el punto para el equipo visitante.
Mejor sacar un punto que nada, pero el equipo tiene que crecer y conseguir sumar de tres en tres para poder optar a los cuatro puestos que dan acceso a los playoff de ascenso, si ese es el objetivo que se quiere conseguir.
Sumar de tres en tres en casa y sacar puntos fuera de casa tampoco es un mal resultado, siempre y cuando se sume.
