La semana previa al "derby"

Semana atípica para la afición carbayona. Sobran los motivos sobre el por qué de esta afirmación: es la semana previa al "derby".

Desde la perspectiva de un aficionado es muy sencillo caer en la euforia tras los buenos resultados que se están produciendo en las últimas semanas. Lo racional es ser cauto y mirar la liga como hasta ahora, partido a partido, seguir sumando los puntos del Tartiere y arañar todos los posibles fuera. Ahora si que podemos comenzar a hablar de la media inglesa, 3 puntos en casa y 1 fuera. Con esos resultados lo más probable es que el equipo acabe la fase regular entre los 4 primeros.

¿Se puede recortar los puntos con el líder, el Alcorcón? Por supuesto que sí. Las matemáticas lo dicen, quedan más puntos en juego de los que separan a ambos equipos, por lo que todo es posible mientras no se demuestre lo contrario. ¿Es lo correcto pensar en llegar al primer puesto? No. Es más importante sumar puntos para distanciar al quinto clasificado. Cuanto más amplio sea el colchón con el quinto equipo, mayor tranquilidad para el equipo. Si además se reduce con los primeros, bienvenido sea.

Pero en el momento más dulce del equipo, se cruza el equipo de Gijón. Se unen dos equipos con necesidad de puntos, cada uno para seguir con paso firme dentro de su liga, los azules para mantener su posición de privilegio y los rojiblancos para escapar de la zona baja de la clasificación. Mirando la clasificación puede parecer un partido asequible por la distancia entre ambos, pero en este partido entra en escena un componente distinto, la rivalidad entre Real Oviedo y Real Sporting de Gijón. Este último punto hace que el partido sea totalmente diferente.

En la primera vuelta, el equipo ovetense no llegaba en su mejor momento al "derby", pero la sensación generada en aquel campo era que el equipo no era lo que todos queríamos. Desde aquel día muchas cosas han cambiado, mucho ha crecido el equipo y eso se demuestra en la clasificación. Aquel día significó casi un punto de inflexión en el Oviedo, ya que desde esa jornada se han perdido únicamente 5 partidos, sobre 19 partidos, con un balance de 13 victorias. También es importante el cambio de entrenadores producido, pero los números son estos, sin mirar a los entrenadores.

El punto de inflexión fue para bien, el equipo comenzó a funcionar y a la vista está que no es el mismo equipo que perdió el partido en el Molinón. El domingo en el Tartiere, con la afición entregada por la causa, no se puede producir otra decepción como la de hace varios meses, y en este caso debería ser un punto de inflexión para que la afición acuda en masa al estadio. 9000 personas son muchas, pero 12000 intimidan más. El día del Conquense la afición empujó y la defensa rival lo notó. Los partidos del Tartiere tienen que ser así todos, y cuanta más afición, más presión para el contrario.

Sólo decir que el equipo tiene que estar a muerte. Para muchos de ellos igual este partido es como los demás, pero la realidad para los aficionados es diferente, es un partido de rivalidad que debe sentirse en el campo.